EN EXCLUSIVA
En la zona de Avenida Ramón Ferreiro, donde la ciudad camina recta y segura hacia el corazón de su historia, aparece este refugio urbano que se eleva con discreción entre el pulso del presente y el susurro de la Muralla. Es una zona viva, cuidada, deseada. Conexión directa con todo, pero sin estridencias. Con ese prestigio tranquilo que no necesita explicarse.
Dentro, el piso respira amplitud y orden. Una reforma integral con mirada contemporánea, casi a estrenar. Cada línea, cada textura, cada elección habla de una intención serena: crear hogar sin excesos, sin ruido. Todo exterior. Cada estancia recibe la luz franca del suroeste, que entra con decisión desde la mañana y se despide despacio, dorando los espacios, cruzando el salón —donde dos ventanales enfrentados la dejan pasar entera— y filtrándose también en los rincones más íntimos.
La cocina se ofrece en diálogo con el salón, abierta a la vida cotidiana pero dispuesta a recogerse si lo prefieres. Dos baños, uno con ducha, otro en suite con bañera. Y una habitación principal que no se esconde: amplia, luminosa, con vistas despejadas y proporciones pensadas para habitarse sin prisa.
Suelo radiante con climatización por estancia, aislamiento completo, ventanas de alta gama con doble y triple cristal, gas argón… la técnica se pone al servicio del confort, con discreción y eficacia.
El edificio, sin barreras arquitectónicas, con dos ascensores, cuenta con plaza de garaje a nivel de calle y una zona exterior privada de aparcamiento comunitario. Un añadido práctico que acompaña la vida sin interrumpirla. Y como un gesto final, una cuarta habitación que se adapta: despacho, estudio, cuarto de calma o de juego. Lo que haga falta. Lo que la vida pida.
UN PISO DONDE LUZ Y UBICACIÓN HABLAN EL MISMO IDIOMA DEL EQUILIBRIO.