A veces, vivir cerca de todo no significa renunciar a nada… sino ganarlo todo. A escasos metros de la muralla, donde la ciudad late con calma y la historia se mezcla con el día a día, encontramos este piso que, desde su fachada sur, permite contemplar la catedral y la muralla, mientras que al otro lado las vistas se abren hacia el horizonte del monte. Una doble perspectiva poco habitual: ciudad viva y paisaje abierto, luz que entra a raudales y una sensación limpia y serena en cada rincón.

La vivienda ha sido parcialmente renovada, y el resultado transmite orden, frescura y un aire muy agradable. Sus 110 m² invitan a imaginar. Actualmente dispone de dos dormitorios en la parte delantera, uno de ellos con acceso directo a la terraza donde las vistas cobran protagonismo, y una tercera estancia italiana que se integra con facilidad en distintas configuraciones. El salón comedor, de unos 28 m², se sitúa junto a una cocina amplia y totalmente nueva de unos 20 m², separadas por un cerramiento que ofrece la posibilidad de unirlas y crear una gran zona social adaptada a cada estilo de vida.

En la parte trasera se encuentra otra estancia adicional con un segundo baño anexo, perfecta para convertirla en dormitorio, salón independiente o espacio polivalente según se necesite.

Suelos de parquet, ventanas de PVC con climalit recién instaladas, armario empotrado en el hall, portal sin barreras arquitectónicas y ascensor completan un conjunto listo para empezar a vivir, con detalles renovados y margen para seguir personalizándolo. No hace falta imaginar demasiado: ubicación privilegiada, claridad, amplitud y posibilidades. Y sí… aquí podrás sacarle todo el jugo a cada metro.

UBICACIÓN, LUZ Y POSIBILIDADES A UN PASO DE TODO