Hay pisos que se explican solos en cuanto abres la puerta, y este en Avenida de Madrid empieza hablando por la luz. Una luz que entra franca desde primera hora y se queda hasta el final del día, atravesando cada estancia porque todas ellas dan al exterior, sin patios interiores ni sombras innecesarias. A ello se suma un salón que mira hacia el oeste desde su balcón, recogiendo el sol de la tarde y regalando esa calma que solo aparece cuando la ciudad empieza a bajar el ritmo. Una posición privilegiada entre el pulso de Ramón Ferreiro y el avance pausado pero constante de la zona de San Fiz, a medio camino de todo, donde vivir se vuelve cómodo sin renunciar a la proyección de futuro que ofrece un entorno en transformación.

Su planta, de líneas rectas y espacios bien proporcionados, facilita esa libertad que tanto se busca cuando uno piensa en reformar: permite rediseñar sin complicaciones, adaptando recorridos, ampliando ambientes o vinculando uno de los dos baños actuales a la habitación principal para crear una suite a medida. La cocina incorpora despensa, un detalle práctico que siempre suma, y la distribución responde bien a cualquier idea porque aprovecha la forma del piso y la acompañan las horas de sol, que ayudan a visualizar con claridad cómo podría vivirse aquí el día de mañana. La calefacción individual de gas natural aporta autonomía absoluta, desligando consumos y decisiones de la comunidad.

Bajo cubierta espera un trastero sorprendente, cercano a los quince metros cuadrados y totalmente acondicionado, con varias ventanas que lo convierten en un espacio luminoso y utilizable de verdad, ideal como despacho, gimnasio, estudio personal o pequeño refugio donde avanzar proyectos con silencio y amplitud. La zona ajardinada comunitaria y el parking exterior completan un conjunto que une ubicación, luz continua y un potencial de reforma capaz de adaptarse a cualquier estilo.

UN LUGAR PARA CRECER A TU RITMO