Hay pisos que, sin alardes, aciertan en lo esencial. Como este en Plaza de Alicante, una zona tranquila que conecta con el centro en un tramo completamente llano, ideal para quienes valoran la comodidad de tenerlo todo cerca sin renunciar a la calma.

La vivienda es toda exterior, sin patios interiores que resten luz ni encanto. El salón-comedor, aunque recogido, se siente alegre y luminoso gracias a la galería que lo envuelve, ofreciendo la posibilidad de integrarla para ganar espacio y continuidad.

La cocina es funcional, de las que cumplen con solvencia, y se abre a un tendedero bien ventilado que aporta ese punto práctico que siempre se agradece. Hay tres habitaciones de buen tamaño; una de ellas con vestidor, ese plus que marca la diferencia cuando no se espera. Los baños están bien resueltos: el común ha sido reformado con buen gusto, con ducha, ventana y un acabado moderno y fresco, mientras que el baño privado en la habitación principal se mantiene en estado original.

El edificio está al día: tejado renovado, portal actualizado y ascensor nuevo. Una comunidad cuidada que transmite sensación de estabilidad y mantenimiento constante.

Una vivienda luminosa, bien distribuida y con ese equilibrio difícil de encontrar entre lo práctico y lo acogedor.

SIN PATIOS, SIN CUESTAS Y CON LUZ EN CADA ESQUINA.