Hay casas que no piden prisa. Solo atención. Y ésta, en la mejor zona residencial de Aceña de Olga, nos espera en silencio, rodeada de otras viviendas que ya han encontrado su forma final, mientras ella, discreta, aún sueña con lo que puede llegar a ser.
Ubicada en un entorno privilegiado, entre calles tranquilas y chalets consolidados, esta vivienda de 310 m² se alza sobre una parcela de 900 m² con piscina propia, abrazada por la calma que regalan las orillas del Miño. Y aunque necesita una reforma, su orientación sur y sus grandes cristaleras ya hablan de luz, de atardeceres que inundan el salón principal, de mañanas largas en la terraza que rodea parte de la casa.
La planta principal se abre con un hall sereno, una cocina que actualmente apenas mira al exterior, pero que sueña con fundirse con el salón y la luz. También hay un baño de servicio en esta planta, pero sin duda es el salón el que marca el pulso: amplio, orientado al sur, con chimenea y vistas despejadas, y una conexión natural con la terraza, creando una sensación de continuidad entre el interior y el paisaje.
En la planta superior, la distribución actual ofrece cuatro habitaciones y un baño, pero las posibilidades son muchas. Espacios amplios, techos altos y una estructura que invita a redibujar, a adaptar cada rincón a nuevas formas de vida. Por encima, una planta bajo cubierta de 40 m² se deja imaginar como estudio, refugio creativo o cuarto de juegos.
La planta semisótano, con garaje, bodega, un pequeño salón con chimenea y baño, se abre a un porche cubierto, perfecto para barbacoas o tardes al resguardo del sol, junto a la piscina de 12×6 metros. Y como regalo extra, un espacio subterráneo de aproximadamente 70 m² al pie de la piscina, ideal para una bodega en condiciones, un taller o ese lugar donde dar forma a los planes que aún no tienen nombre.
Esta casa no necesita prometer lo que ya tiene: orientación perfecta, entorno privilegiado, amplitud, estructura sólida y una parcela que permite soñar en grande. Solo pide visión, mimo, y alguien que sepa ver en su presente todo lo que puede ser.
EL REFUGIO QUE ESPERABA TU MIRADA