Rehabilitar una casa rural y convertirla en tu confortable hogar sin perder un ápice de su encanto puede ser un reto fácil de conseguir si se tienen las ideas claras. Respetar la estructura exterior y reivindicar espacios diáfanos, modernizarla sin perder el aire rústico de este tipo de viviendas mezclando el encanto de ayer con la funcionalidad de hoy.

Alejarse del ruido de la ciudad, vivir en un tranquilo entorno de pueblo, llenarse de energía con un paisaje que admirar son sin duda razones más que suficientes para ponerse manos a la obra y rehabilitar esta casa de pueblo que mantiene intacta su estructura y cuyo tejado y placa han sido sustuidos, lo que supone un considerable ahorro para aquellos que se estén planteando acometer un proyecto de reforma.

A una distancia de 25 kilómetros de Lugo y a 30 minutos en coche, la propiedad consta de una finca de 2.000 metros cuadrados en la que se sitúa la casa de 2 plantas con una superficie aproximada de 200 metros cuadrados por planta. En torno a la casa se encuentran varios anejos, alpendres, un horreo, y en la finca hallamos árboles frutales tales como manzanos, kiwis, ciruelos… Agua de manantial y toma de luz para dar servicio a la propiedad.