Hay pisos que parecen creados para disfrutar de lo cotidiano con estilo. Donde una taza de café en la cocina sabe mejor, donde la luz entra con esa despreocupación que tienen las cosas bien hechas. Este apartamento en plena Avenida da Coruña tiene justo eso: una vibra amable, espacios bien resueltos y ese equilibrio entre lo moderno y lo acogedor que se nota, pero no se impone.

Con 90 metros muy bien distribuidos, este tercero exterior por las dos caras sorprende por su amplitud, pero también por su ritmo: por la mañana el sol entra por la cocina y el salón, y por la tarde inunda las habitaciones con una luz cálida que acaricia los ventanales. La vivienda fue totalmente reformada hace aproximadamente cinco años, coincidiendo con la rehabilitación del edificio. Todo está bien mantenido, sin barreras arquitectónicas y con ascensor para cinco personas. Se cuidaron los detalles con criterio, desde las ventanas de PVC oscilobatientes hasta una climatización eficiente que simplemente acompaña.

El salón comedor y la cocina se miran a través de un tabique que sugiere sin dividir del todo. Si algún día apetece unirlos, se puede hacer con facilidad. La cocina, por cierto, tiene buen espacio de office, está completamente equipada y se abre a una galería-tendedero orientada al este, con vistas limpias y agradables.

Las dos habitaciones son exteriores y espaciosas, y en la principal espera un vestidor que aporta orden y amplitud de forma muy natural. Y atención al detalle poco frecuente: dos baños completos con ducha, uno de ellos con dos senos, perfectos para compartir sin estorbarse. Todo está amueblado con gusto joven, funcional, sin excesos, pero con gracia. De esos sitios donde te imaginas viviendo desde el minuto uno.

La zona, llana, llena de vida y servicios, conecta en nada con el centro de Lugo. Todo lo que necesitas, a un paseo.

LUZ DOBLE, ESPACIO REAL, ESTILO SIN ESFUERZO.